Hemos visto en otro artículo cómo nuestro lenguaje corporal y el tono de voz nos ayudan a ser asertivos, hemos recopilado una serie de escenarios para mostrar cómo puedes utilizar este comportamiento dentro de diferentes situaciones en el lugar de trabajo.
Cuando hay muchas personas en una reunión, puede ser difícil hablar y sentirse escuchado, sobre todo si los demás presentes parecen mucho más seguros y opinadores que tú. Sin embargo, si expresas tu punto de vista de forma tranquila y clara, con un lenguaje corporal abierto y abordando el tema directamente -en lugar de hacer aspavientos- te asegurarás de que tus opiniones se transmitan de forma asertiva.
También es importante evitar interrumpir a los demás para que hablen. Demostrar que estás dispuesto a escuchar los puntos de vista de los demás y darles tiempo para que expresen lo que sienten hace más probable que te den la misma cortesía.
comportamiento asertivo
Cuando hablamos con nuestros compañeros, empleados o jefe, puede ser fácil sentirse intimidado, o quizás caer en comportamientos poco útiles, como ser pasivo-agresivo, un estilo de comunicación que puede alejar a los que te rodean.
Para evitarlo, mantén el contacto visual con los demás durante toda la conversación; esto hace que se sientan escuchados y garantiza que sepan que les estás hablando directamente; al fin y al cabo, se trata de una conversación bidireccional.
Mientras expones tu punto de vista y escuchas el suyo, considera la posibilidad de reflejar sus expresiones. Esto demuestra sutilmente que estás en sintonía con sus emociones, lo que les ayuda a sentirse comprendidos y valorados, y es mucho más probable que se esfuercen por comprender también tu perspectiva.
También puedes intentar disipar cualquier negatividad que surja en la conversación. Puedes hacerlo haciendo que la otra persona se sienta escuchada y resumiendo lo que te dice, antes de exponer tu perspectiva a su vez.
Por ejemplo, di «entiendo que crees que deberías dirigir esta tarea, y creo que…». Esto les ayuda a sentir que has escuchado lo que tienen que decir, y te da la oportunidad de dar tu opinión, sin que parezca hostil o agresiva.
Ser asertivo en el lugar de trabajo no sólo consiste en hacer valer tu opinión. También consiste en establecer tu papel dentro de la organización y demostrar que eres una persona que merece el respeto -y la atención- de los que te rodean.
Esto puede lograrse demostrando que apoyas los éxitos de tu equipo -incluso si no están dirigidos o influenciados directamente por ti-, enorgulleciéndote de lo que lográis colectivamente.
Esto puede ser tan sencillo como enviar un correo electrónico al equipo felicitando a todos por su duro trabajo y sus éxitos, o hacer hincapié en los logros colectivos durante una reunión de equipo.
Ser un profesional que muestre un comportamiento asertivo en el que confíen y valoren sus colegas implica ser una persona dispuesta a rendir cuentas de sus actos, y de sus errores.
Ser capaz de levantar las manos y decir que te has equivocado en algo es una cualidad ventajosa que mucha gente no tiene. Demuestra humildad y confianza; en última instancia, estás demostrando que, aunque hayas cometido un error, estás dispuesto a asumirlo y a mejorar las cosas. Esto demuestra que eres capaz de crecer y mejorar y te garantiza el respeto de tus colegas.
La eficacia en el trabajo consiste en demostrar tu capacidad para trabajar con tus compañeros. Independientemente de si tienes un papel de liderazgo o no, gestionar un proyecto y conseguir que se entregue en el plazo previsto y con el mayor nivel posible puede ser una parte estresante pero necesaria de muchas funciones.
Para hacerlo de forma eficaz, hay que saber trabajar con los compañeros, y eso significa hacerlo sin ser demasiado dominante ni alienarlos.
Esto significa ser abierto y responsable de tu trabajo, estar dispuesto a escuchar a tus colegas -aunque en última instancia impongas tu manera de hacer las cosas- y estar preparado para felicitar al equipo por su trabajo cuando sea necesario.
Si ocupa un puesto de responsabilidad y quiere aprender a ser un mejor directivo, es fundamental que sea consciente del importante papel que puede desempeñar la asertividad en las interacciones diarias con su equipo.
Los líderes de éxito son aquellos que son capaces de afirmar su autoridad sin ser agresivos, de embarcarse en esas conversaciones valientes (o difíciles) que hay que tener y de construir una cultura de respeto y trabajo en equipo.
Un factor importante para establecer esta cultura es asegurarse de que todo el mundo está de acuerdo con una decisión cuando se toma.
Esto requiere que escuches a tus colegas sobre sus ideas y preocupaciones y te asegures de que se sientan escuchados, incluso si al final decides tomar un camino diferente.
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